El texto dramático (o teatral)
Este tipo de texto presenta una serie de hechos que configuran una historia que no se narra, sino que debe representarse por medio de las palabras y de las acciones de los personajes. Si bien el texto teatral se concreta en la representación, también tiene valor por sí mismo. En él se pueden distinguir dos textos:
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Texto primario: presenta el parlamento o diálogo de los personajes. Está encabezado con el nombre de cada uno y es el texto que escucha el público.
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Texto secundario: acotaciones escénicas o didascalias. Son textos descriptivos que aparecen entre paréntesis y con otro tipo de letra, y que dan indicaciones de iluminación, decorado, movimientos, gestos, intenciones, sentimientos, vestuario y sonidos a los actores y a aquellos encargados de realizar el espectáculo.
Etimología:
Tomada del latín theatrum y este del griego théatron
que deriva de théaomai (yo miro, contemplo, medito, examino)
El texto teatral tiene una trama conversacional. El diálogo directo puro es la característica fundamental del lenguaje teatral: el nombre del que habla antecede invariablemente al diálogo. En la narración, el narrador dice que el personaje está triste, alegre y describe todo lo necesario. En el diálogo teatral, en cambio, el autor sólo señala que el actor debe mostrarse triste o alegre, o debe entrar o salir de escena a través de las acotaciones.
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Diálogo:
Doña María. – (Impaciente.) ¡Basta de ridiculeces!... ¡Es precioso y se acabó!
Carmen. – (Angustiada) ¿Pero usted no sabe entonces lo que es querer!... ¡Querer mucho! … querer así… ¡como yo quiero! … ¿Acaso porque sea preciso se va a dejar de querer?... ¿Cómo puede decir eso, mamá… usted que también tiene que haber querido?...
Gregorio de Laferrére, Las de Barranco
Además del diálogo, los personajes actúan a través de monólogos y apartes. El monólogo es un recurso teatral que sirve para que un personaje muestre sus estados de ánimo, sus conflictos interiores a través de reflexiones en voz alta. El aparte es lo que dice un personaje fingiendo que no es oído por los demás participantes de la escena.
Veamos un ejemplo de cada uno:
En una obra de teatro del siglo XVIII, El sí de las niñas de Leandro Fernández de Moratín, el conflicto se produce porque la madre (Doña Irene), intenta casar a su hija Francisca con un señor mayor a quien ella no ama. En el siguiente monólogo podemos conocer el estado de ánimo de la jovencita frente al problema que debe afrontar.
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Monólogo:
DOÑA FRANCISCA. –Nadie aparece aún… (Doña Francisca se acerca a la puerta del foro y vuelve). ¡Qué impaciencia tengo!... Y dice mi madre que soy una simple, que sólo pienso en jugar en reír; y que no sé lo que es amor… Sí, diecisiete años y no cumplidos; pero ya sé lo que es querer bien, y la inquietud y las lágrimas que cuesta.
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Aparte:
DOÑA FRANCISCA. –Pero… Pues, ¿qué sabe usted?
DOÑA IRENE. -¿Me quieres engañar a mí, eh? ¡Ay, hija! He vivido mucho, y tengo yo mucha trastienda y mucha penetración para que tú me engañes.
[…]
DOÑA IRENE. –Pues, hija, ya sabes lo que te he dicho. Ya ves lo que pierdes, y la pesadumbre que me darás si no te portas en un todo como corresponde… Cuidado con ello.
DOÑA FRANCISCA. –(Aparte) ¡Pobre de mí!
Etimología:
Monólogo y diálogo: provienen del griego.
Mono: uno; logo: hablar.
Diálogo: conversación entre dos o más personas.
¿Cómo es la estructura de un texto teatral?
Estructura externa
Una obra de teatro puede estar dividida en:
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Actos: partes más o menos iguales en que se divide la obra dramática. La acción teatral se suspende por un momento llamado intervalo o entreacto. En la representación se señalan con la apertura o el cierre del telón.
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Escenas: están indicadas por la entrada o salida de un personaje. En el texto van numeradas en forma independiente para cada acto.
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Cuadros: son cambios de lugar de la acción. Está señalado con el cambio de escenografía.
Estructura interna
La acción se desenvuelve por lo general en tres momentos:
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Presentación: se manifiesta el carácter de los personajes.
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Desarrollo: a medida que los personajes van definiendo su personalidad, surgen los comportamientos contrapuestos que hacen avanzar la acción y producen el conflicto que es el eje de la situación dramática. El protagonista y el antagonista u oponente no deben ser enemigos necesariamente, ni uno bueno y otro malo, sino pensar distinto. Para resolver el conflicto, el protagonista puede contar con ayudantes. A medida que avanza la acción, llega el momento de mayor tensión dramática o clímax.
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Desenlace: el conflicto se define en forma positiva o negativa.
Delgado, M., Daveloza, V., Delicia, D. D., González Brizuela, F., & Martínez Costa, M. S. (2015). Aprendamos Lengua y Literatura 3. Córdoba: Comunic-Arte.
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